domingo, 29 de mayo de 2016

HORAS INTERMINABLES

Todo el mundo ha pasado esa interminable y agotadora época de exámenes en la que todas las tardes son exactamente igual. Entras a casa con una mentalidad muy disciplinaria, comes y preparas los libros para empezar a estudiar intensivamente. Una vez que empiezas, el libro te hipnotiza y es como que no puedes parar. Alguna que otra vez se repite en alto aquello que no se te queda por mucho que lo leas varias veces.
Tras unas horas paras a merendar, pero dejas el libro en aquella página en la que te habías quedado.
Después de merendar es como que te cuesta arrancar, pero es cuestión de concentrarse. Tras unas interminables e intensas horas, llega la hora de la cena, y rápidamente contestas a tus padres-¡cinco minutos! y en esos cinco minutos pegas un repaso general muy rápido para confirmar que te lo sabes.
En fin, esto es el instituto, los mejores años de sufrimiento de toda tu vida.




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